El Museo Sorolla alberga la colección de pintura que el artista dejó al morir.
Su viuda, Clotilde García del Castillo, legó en 1925 al Estado español la casa y las colecciones que le pertenecían para que se creara un museo en memoria de su marido.
Desde 1932 la casa museo recibe a los visitantes en sus acogedoras estancias repletas de cuadros y objetos artísticos.